Escuchas al “Zambo” Cavero y a Don Oscar Avilés y tus ojos se hacen agua o un breviario de océano que nace de la añoranza y la lejanía. Escuchas este valse y tu peruanidad se exalta como nunca; los ves - a estas dos moles legendarias de la música peruana- y algo hace crac dentro tuyo de pura emoción y llanto que no puedes contener... “Te daré la vida y cuando yo muera me uniré a la tierra Contigo Perú”, cantas, y algo te dice que si te concediesen un último y único deseo antes de morir, pedirías -si fuera posible- que te proporcionaran la facultad de elegir donde nacer: en mi caso, piensas -con las lágrimas aun en los ojos-, elegiría una y mil veces el Perú... y no dudas, es la unica cosa del cual te resultaría imposible dudar (recién ahora entiendo a Descartes, te dices, y ríes)...
09/10/2009: Gracias "Zambo", por todo, por tu profunda y sentida peruanidad, por tu invaluable y enorme aporte a la música peruana. Gracias Arturo, gracias hermano, muchas gracias!!!...